Lis
Nuestra última noche por esta bella ciudad, una visita hermosa, llena de romanticismo y de emociones.
Queríamos celebrarlo a lo grande y quedarnos con un buen sabor de boca, por eso decidimos entrar en ‘Lis‘, un restaurante precioso con unas vistas magníficas al paraje de ésta ciudad.
El servicio excelente y atento, la presentación de sus platos perfecta y limpia, un ambiente de lo más romántico. Sus platos estaban deliciosos y con una cocina excelente. Para esta última cena nos pedimos un vino de Toro de bodegas Fariña, que redondeó una noche maravillosa, Gran Colegiata, con mucho cuerpo y un sabor único en cada sorbo.
Cena redonda con vistas agradables y un ambiente acogedor, ¿se puede pedir más?
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