Receta de pastelitos argentinos
Los pastelitos argentinos son una delicia tradicional que se disfruta en todo el país, especialmente en fechas patrias como el 25 de mayo y el 9 de julio. Su crujiente masa dorada y su dulce relleno los convierten en una tentación difícil de resistir. Se pueden encontrar en panaderías y ferias gastronómicas, pero nada supera el sabor de unos hechos en casa con ingredientes frescos y todo el amor de una receta bien elaborada.
Prepararlos no es complicado, pero requiere paciencia y técnica. Desde la elección de la masa hasta el momento de freírlos, cada paso influye en el resultado final. En este artículo, descubrirás cómo hacer pastelitos argentinos de manera sencilla, además de conocer su historia, cuándo se suelen consumir y cómo conservarlos correctamente.
Qué son los pastelitos en Argentina
Los pastelitos argentinos son un clásico de la repostería criolla, que combina una masa hojaldrada con un dulce relleno, generalmente de membrillo o batata. Su característica forma de estrella y su textura crujiente los hacen inconfundibles.
Un bocado con historia
Su origen se remonta a la época colonial, cuando las mujeres los preparaban en sus hogares y los vendían en las calles de Buenos Aires. Con el tiempo, se convirtieron en un símbolo de la gastronomía nacional, especialmente en celebraciones patrias.
Variedades y versiones
Si bien los más tradicionales llevan dulce de membrillo o batata, existen versiones con dulce de leche, chocolate o incluso versiones saladas, aunque estas últimas son menos comunes.
Cuándo se comen pastelitos en Argentina
Aunque pueden disfrutarse en cualquier momento, los pastelitos son infaltables en las fechas patrias. Durante el 25 de mayo y el 9 de julio, muchas familias argentinas los preparan como parte de los festejos.
El ritual del mate
Se suelen acompañar con un buen mate amargo, creando una combinación perfecta entre lo dulce y lo herbal. También pueden servirse con café o incluso con un toque de licor para los más osados.
Fiestas y reuniones
Además de las fechas patrias, los pastelitos son una opción popular en reuniones familiares, ferias gastronómicas y celebraciones tradicionales.
Cómo hacer pastelitos argentinos
Ahora que conocemos su historia y tradición, pasemos a la receta. La clave de unos buenos pastelitos está en el hojaldrado de la masa y en la temperatura del aceite al freírlos.
Ingredientes
- 500 g de harina 0000
- 100 g de manteca
- 200 ml de agua
- 1 cucharadita de sal
- 200 g de dulce de membrillo o batata
- Aceite para freír
- Azúcar impalpable o almíbar para decorar
Preparación
Paso 1: preparar la masa
Mezcla la harina con la sal y la manteca derretida. Agrega el agua poco a poco hasta formar una masa homogénea. Deja reposar por 30 minutos.
Paso 2: estirar y plegar
Estira la masa bien fina y dóblala en tres partes. Repite este proceso unas tres veces para lograr el efecto hojaldrado. Luego, corta en cuadrados de unos 5 cm de lado.
Paso 3: armar los pastelitos
Coloca un trozo de dulce en el centro de la mitad de los cuadrados. Cubre con otro cuadrado y presiona los bordes con los dedos, formando pequeños picos.
Paso 4: freír
Calienta abundante aceite y fríe los pastelitos hasta que estén dorados y crujientes. Escúrrelos en papel absorbente.
Paso 5: decorar
Puedes espolvorearlos con azúcar impalpable o bañarlos en un almíbar liviano para darles un toque extra de dulzura.
Cómo se conservan los pastelitos
Si bien lo ideal es consumirlos recién hechos, los pastelitos pueden conservarse por un par de días sin perder demasiado su textura y sabor.
Consejos de conservación
- Guárdalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente si los vas a consumir en las siguientes 24 horas.
- Si necesitas conservarlos más tiempo, puedes refrigerarlos y darles un golpe de calor en el horno antes de servir.
- No se recomienda congelarlos, ya que la textura se altera al descongelar.
Un truco: si los recalientas en horno, agrégales un poco de almíbar antes para devolverles su brillo y crocantez.
Los pastelitos argentinos son más que un simple postre, son parte de la identidad culinaria del país. Prepararlos en casa es una experiencia que vale la pena, ya sea para compartir en familia, sorprender a los amigos o simplemente disfrutar con un buen mate. Así que manos a la obra, ¡y a freír pastelitos!