Disfrutando de un hermoso paseo por las calles céntricas de Sevilla, con su especial olor a azahar, nos apeteció disfrutar de una buena gastronomía marroquí.
Dimos con un estupendo local, Al medina, algo escondido pero mereció la pena perderse e introducirse en este bello restaurante.

Nos quedamos algo sorprendidos cuando nos comentó la camarera que tenían un vino marroquí, pensábamos que por su cultura no tendrían vino autóctono.
La sorpresa fue mayor cuando lo probamos, excelente y uno de los mejores internacionales que hemos probado, Domaine Larroque, acompañados de una tapita de aceitunas aliñadas.
Empezamos pidiendo un plato de hummus casero y una excelente y riquísima pastela de pollo. Que grande!!

Como los platos eran contundentes finalizamos nuestra visita con un exquisito cuscus casero con ternera…acabamos llenísimos.
No podía faltar un té casero sabroso y muy calentito, buenísimo.

La decoración del local es excelente y genera un buen ambiente árabe, destacando de su gastronomía la pastela, de las mejores que hemos probado.