Después de estar toda la tarde en la playa y viendo la puesta de sol, teníamos algo de hambre así que de camino por el paseo de vuelta al hotel nos encontramos con un bar pequeñito de comida italiana.
Un local con unos veladores con vistas al paseo marítimo y de fondo esa caída de sol tan apetecible. No queríamos perdernos nada en ese momento así que empezamos pidiendo una cerveza italiana, Peroni. Una cerveza bien fresquita muy agradable.
Vimos que en la carta había especialidad que hacía tiempo que no comíamos, papas asadas. Una papa con carne de Kebab, atún, maiz y una salsa muy sabrosa. Un gran papón que pudimos disfrutar los dos.

Esta papa nos abrió más el apetito pero lo que mejor olía era el olor de sus pizzas, unas pizzas con una masa fina casera. Nos encanta el riesgo así que nos pedimos una Diavola. Gran pizza de chorizo picante, tabasco y mozzarella para chuparse los dedos y después beberse una botellita de agua. ¡¡Cómo picaba!!

Pensaréis que al estar en Almuñecar lo suyo es comer pescado y marisco, pero nos apetecía algo diferente y que tuviera ingredientes de calidad.
Uno de esos sitios que son pequeños y agrables de visitar, con una calidad/precio indiscutible.
Buen provecho!!